viernes, 4 de noviembre de 2011

La telepatía, el enigma sensorial que la ciencia moderna ha sido incapaz de explicar

La telepatía es tan vieja como el mundo. Es la transmisión de un mensaje o un pensamiento a un receptor sin intermediarios. Los indígenas del Tercer Mundo nos llevan ventaja

El fenómeno de la telepatía que utilizan como medio de comunicación algunas tribus indígenas en el tercer mundo, existe. Misioneros, científicos y viajeros afirman haber sido testigos de cómo la telepatía es un medio de comunicación tan normal como para nosotros el teléfono, entre algunos pueblos de África Central, Brasil, Filipinas, Australia y Nueva Zelanda. 

Se puede decir, sin temor a equivocarse, que la creencia en la telepatía es tan antigua como el hombre, pero esa larga convivencia no ha hecho del 'puente mental' un fenómeno menos escurridizo, enigmático, aunque se ha observado en suficientes ocasiones -espontáneas o de laboratorio- como para que pueda asegurarse su existencia real.

Sin echar mano a tecnicismos sobre percepciones extrasensoriales se podría definir como la capacidad de transmitir los pensamientos de una o varias mentes, sin un medio físico perceptible de comunicación ni aparente limitación en lo que respecta a distancia entre el receptor y el emisor. Se cree que el fenómeno de la telepatía es básicamente el mismo que funciona, por ejemplo en la adivinación del pensamiento de otro y que a veces parece un fenómeno que nace en la vida diaria de algunas personas.

Tratar de explicar más o menos cómo se produce este proceso de comunicación o transmisión de pensamiento de una mente a otra, sin importar distancias, es difícil, al menos racionalmente sin echar mano a cualidades invisibles que tienen determinados seres excepcionales. Se han hecho experimentos -sin trampa ni truco circense- en que se han transmitido pensamientos desde el espacio. Hace medio siglo se creía que había un tipo de ondas hertziana generadas por el cerebro receptor. Incluso se trató de aislar el receptor por todos los medios. Se evitó la captación de cualquier onda hasta las más bajas. En ese aislamiento no podían entrar ondas de radio, ni de ningún tipo, o sea, que el receptor estaba totalmente aislado de cualquier forma de comunicación por ondas o secuencias de patrones de comunicación. Para sorpresa de todos este aislamiento no interfería en lo más mínimo la transmisión de pensamiento. Y a falta de análisis, ultracientíficas, se aventuró la conclusión teórica de que esta transmisión de pensamiento era un hecho y que además era más rápida que la luz.
Un comentario extra podría dar la pauta del por qué la telepatía está siendo estudiada por los científicos, al menos en sus bases primarias. Y una de las hipótesis más sostenidas -sobre todo por observadores perspicaces- es que las coincidencias sobre la transmisión de pensamiento eran parte de la casualidad y las probabilidades de adivinar las respuestas correctas en imágenes sometidas a control férreo eran mínimas.

Entonces se sometió a dos sujetos a una prueba. Uno haría de receptor y el otro de emisor. A éste se le proporcionaron una serie de figuras que trataría de transmitirlas mentalmente al receptor. Según el cálculo de probabilidades, la posibilidad de que el receptor adivinara más de tres cartas en un grupo de las diez elegidas eran mínimas. A lo sumo habría tres respuestas exactas. Pero los controladores del experimento se dieron cuenta de que el promedio de respuestas correctas era siempre mucho mayor al de las probabilidades. El receptor llegaba a “adivinar” correctamente ocho y hasta nueve de cada diez figuras. Se llegó a la conclusión de que no todo era parte de la casualidad ni de las probabilidades racionales. Se ha podido observar que algunos niños y mujeres son más propensas y sensibles a recibir y transmitir pensamientos.

Hay que añadir algo importante y es que todos los estudios así como los casos que aquí se citan como comentario como de “transmisión de pensamiento”, son sobre pensamientos simples, imágenes o ideas sencillas, excepto algunos casos en que no se señaló esta condición.

Otro aspecto significativo es que al parecer si el emisor lo desea, el pensamiento puede ser captado por varias personas a la vez (claro que esto no se da en caso de que exista una “lectura del pensamiento” en regla). Se supone que el emisor no es consciente de la transmisión de su pensamiento pues ésta transmisión es inconsciente. Es claro que este tipo de experimentos se hacen entre personas con cierto dominio mental. Algunas teorías que más o menos podrían adaptarse a un criterio más científico se pueden mencionar. Por ejemplo se cree o es vox populi que el cerebro libera cargas eléctricas y electromagnéticas muy pequeñas que producen las diferentes reacciones químicas que suceden en él. 

Se ha llegado a pensar que la transmisión del pensamiento llega hasta niveles subatómicos
Estas descargas por su naturaleza intrínseca y propiedades físicas lógicamente tendrán una cierta longitud de onda característica para cada pensamiento siendo menor o mayor según la característica e intensidad del pensamiento. Algunos se aventuran a creer que la transmisión de los pensamientos llega hasta niveles subatómicos lo que podría dar respuesta a la rapidez de pensamiento y su aparente iluminación de espacio. Si eso es así entonces pueden llegar al cerebro receptor y por mecanismos inconscientes son captados y descifrados por el receptor.

Otra explicación relacionada con lo dicho en el párrafo anterior es que los pensamientos no son solo consecuencia de un proceso químico y su transmisión no es tan casual como se ha creído siempre. El pensamiento se transmite siempre a niveles inconscientes por medio de una glándula situada en el entrecejo llamada glándula pineal. Esta lo “envía”, más o menos, en la forma antes descrita, es decir, por ondas electromagnéticas a nivel submolecular.

Todos, alguna vez, hemos experimentado lo que llamamos telepatía: cuando repentinamente recordamos a alguien y recibimos carta suya o toca al timbre de nuestra puerta; cuando hemos deseado que una persona se dé la vuelta para mirarnos y lo conseguimos quizás con mucha concentración de pensamiento; cuando llamamos y el teléfono suena ocupado porque esa persona, a su vez, nos estaba llamando a nosotros. Normalmente a casos como éstos no les damos más que un valor anecdótico y decimos que han sido producto de la casualidad.

La investigación confirma pues su existencia, aunque se siguen buscando explicaciones sobre la base de su funcionamiento. Algunas las hemos dado en párrafos anteriores.

Telepatía es un término que procede de los vocablos griegos 'tele', lejos, y 'patheia', sensación. El investigador F. W. Myers, quien utilizó la palabra telepatía por primera vez en 1883, la definía como "la transmisión de impresiones de cualquier género entre un cerebro y otro, independientemente de toda vía sensorial reconocida". “En palabras corrientes podemos decir que es la percepción de cualquier acontecimiento relacionado con alguien o la captación del pensamiento de alguna persona que se proponía expresarlo”.

Del primer experimento de telepatía que se tiene constancia es el protagonizado por la famosa pitonisa de Delfos, dado a conocer por Herodoto: Creso, rey de Lidia, que reinó desde el 560 al 546 aC, preocupado por la potencia de los persas, decidió averiguar cuál oráculo de los conocidos era el mejor para consultarlo sobre el tema. Así fue como, el mismo día, envió distintos mensajeros para consultar seis oráculos griegos y uno egipcio, con la orden de preguntar, al centésimo día de su partida: "¿Qué hace en estos momentos el rey de Creso, hijo de Aliate?"

Las respuestas debían ser anotadas y llevadas a Creso y así se hizo, pero sólo quedó registrada la respuesta del oráculo de Delfos. Creso contestó que la pitonisa de Delfos había dado una respuesta correcta, pues había descrito todo lo que había hecho.

Cuando se cree a pie juntillas en la telepatía y se dan condiciones extra para demostrarlo no científicamente
Para que las fuerzas telepáticas funcionen y sea posible transmitir sentimientos o pensamientos a distancia (de mente a mente), y demostrarlo no cientificamente, es preciso un sentimiento afectivo entre los individuos involucrados o un acontecimiento altamente emocional. Describimos exactamente lo inverso que al principio de este artículo.

Robert Amadeu comenta respecto a ese tipo de telepatía: "La auténtica telepatía es más frecuente entre parientes y amigos que entre personas que no se conocen. Lo que importa ante todo es la armonía. No es posible imponer el pensamiento por la fuerza sino por la simpatía, la indiferencia afectiva es totalmente inhibidora; la afectividad es lo que rige la armonía telepática". "Pero así como la indiferencia es el estado menos propicio para el establecimiento de una comunicación del tipo telepático, la antipatía, lo mismo que la simpatía, puede favorecer la existencia de esa relación".

En ocasiones puede haber un intercambio casi constante de información entre personas ligadas por una gran afinidad sentimental, sea cual sea la distancia a la que se encuentren. Los obstáculos materiales (edificios, montañas, etcétera) no dificultan las comunicaciones telepáticas, como tampoco parece hacerlo la distancia.

Muchos casos de telepatía espontánea han sido recogidos por Rhine, uno de los investigadores que más ha estudiado este tema, que demuestra la existencia de una facultad psíquica que nos permite captar cualquier tipo de contenido conceptual, emocional y hasta sensaciones corporales de otro individuo.

"Utilizando palabras corrientes podemos decir que es la percepción de cualquier acontecimiento relacionado con alguien o la captación del pensamiento de alguna persona y que, para que suceda en nuestras vidas, no hace falta ningún poder anormal o paranormal, puesto que una de sus características es que resulta casi siempre un hecho no previsto, espontáneo y del que está ajena nuestra voluntad".

Comparten el poder de la telepatía la mayoría de las especies animales 
Robert Amadeu, piensa que la telepatía no es privilegio sólo de los hombres sino que probablemente de la mayor parte de las especies animales. Añade que "no se manifiesta, ni funciona en todos con frecuencia e intensidad iguales. Lo cual es obvio”.

C.G. Jung, el crítico de Sigmund Freud observa: "La autenticidad del fenómeno de la telepatía no puede discutirse ya en la actualidad. He podido comprobar, por experiencia propia, que como se ha dicho ya en tiempos antiguos, la telepatía influía realmente en los sueños. Lógicamente, no diré que la ley que subyace en este fenómeno sea algo 'sobrenatural' sino, simplemente, algo que no podemos esclarecer en el estado actual de nuestro conocimiento".

Telepatía, lectura del pensamiento, transferencia de ideas, lectura de la mente... todos estos términos o expresiones significan la capacidad de impresionar la mente de otro individuo con un pensamiento o unas ideas definidas, sin pasar por el camino de los sentidos. Pero lo mismo da si las personas que se comunican están a unos pasos de distancia o en puntos opuestos del planeta, siempre que el pensamiento de una pase a la otra cumpliendo dos condiciones: enviar sólo con la mente, recibir sólo con la mente.

La experiencia telepática puede manifestarse durante el sueño o durante la vigilia en forma de pensamientos, imágenes mentales, alucinaciones visivas o auditivas, o como emociones repentinas e 'injustificadas'. Según Franz Berman los mejores momentos para recibir una comunicación telepática son: "Al estar en cama, sumido en ese estado especial de semiinconsciencia que precede al despertar y podemos llamar mejor sopor, o bien, en el instante que se empieza a conciliar el sueño, cuando se produce una disminución de la conciencia". 

Es indudable que no estamos a la altura de los pueblos del Tercer Mundo en cuanto a transmisión mental, y que entre nosotros la telepatía aún es un fenómeno resbaladizo; quizás, simplemente, porque es una capacidad que no hemos desarrollado. Y aunque reconocemos que la habilidad de algunas personas para recibir imágenes, pensamientos o sensaciones por medios ajenos a los clásicos 'cinco sentidos', es uno de los enigmas más fascinantes de la mente humana, no terminamos de creer que pueda suceder en nuestra vida.

Hay que aclarar que este tipo de transmisión o más bien dicho de recepción de pensamiento se atribuye a personas con un desarrollo mental no excepcional aunque es raro atribuirlo a personas que la gente trata en el devenir diario.

La telepatía podría ser un proceso de comunicación universal. Todo es explicable pues incluso los animales y las plantas son sensibles a recibir influencias que podemos llamar telepáticas, a juzgar por sus reacciones que se adelantan incluso a nuestro pensamiento. Sea como sea, el fenómeno telepático existe. Si esta capacidad se puede o no desarrollar eso es un misterio.

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